El frente de la careta destaca por sus dientes esculpidos con precisión, que sobresalen con un realismo inquietante. Alrededor de los ojos y la frente, la careta está adornada con detalles florales coloridos, como rosas y caléndulas, pintadas en tonos vibrantes como rojo, naranja y azul. Estos elementos florales simbolizan la vida y la muerte en la tradición mexicana.

Las líneas decorativas en negro y otros colores recorren la careta, trazando patrones intrincados que realzan las formas naturales del cráneo. Estos patrones pueden incluir filigranas, espirales y otros diseños geométricos que aportan elegancia y detalle, contrastando con la blancura de la careta. En conjunto, esta careta fusiona la solemnidad de la muerte con la celebración vibrante de la vida, propia del Día de los Muertos.