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Temporada de setas
Salir una mañana al bosque a buscar níscalos, boletus, champiñones o robozuelos es una afición in crescendo por muchos motivos. Es apta para todas las edades, se disfruta del aire libre y, encima, lo recogido permite hacer deliciosas recetas culinarias. ¿Cuál es el equipo básico para empezar? En cuestión de indumentaria se necesitaría lo mismo que para una excursión al bosque: ropa cómoda y abrigada (pero sin agobiar) que facilite la libertad de movimientos, pantalones holgados, un cuello o bufanda de lana que nos proteja del frío, un calzado adecuado y algún chubasquero o gorro impermeable por si empieza a llover.
A la hora de ponerse manos a la obra hay dos elementos imprescindibles: la cesta y la navaja. En cuanto a la primera, el recipiente puede ser de mimbre o de lona aunque ya hay cómodas mochilas para llevar en la espalda y que no chafan el preciado botín. En cuanto a las segundas, hay herramientas específicas para este fin, y entre sus características está el tener una hoja curvada y un segundo filo dentado para limpiar bien el pie de la seta.
Consejos a tener en cuenta:
- Antes de empezar a salir al campo a buscar setas es muy recomendable acudir a alguna asociación especializada o centro micológico para hacer un cursillo o participar en alguna jornada informativa.
- Si se descubre una pieza impresionante pero no se tiene seguridad de su toxicidad, el sentido común recomienda dejarla donde está.
- El respeto al ecosistema de las diversas áreas geográficas es esencial por lo que, si se tiene pensado recolectar setas en soledad, lo mejor es pedir permiso en las oficinas de las distintas Comunidades Autónomas ya que se establecen límites en el número de kilos recolectados por persona al día.