Historia

La Casa de la Calabaza nació hace cinco años por iniciativa de José Carlos Ruiz, un periodista reconvertido en agricultor tras retornar a su pueblo natal de Burgos.

El objetivo es ofrecer a nuestros clientes, sin intermediarios, la más amplia oferta de calabazas de producción propia 100% naturales. En esta campaña les ofrecemos 17 variedades de cucurbitáceas de consumo humano, y varias decenas más de tipos de decorativas y de otros usos.

Proyecto

El proyecto nació con unos compromisos claros que siguen vigentes. Sólo comercializamos calabazas de producción propia, lo que nos permite controlar su trazabilidad desde que las recogemos en nuestras fincas hasta que llegan a sus hogares. Además, sólo mantenemos en marcha la campaña de ventas mientras están en su momento óptimo. De ese modo, les aseguramos que van a recibir productos de máxima calidad. Por último, nuestras calabazas son totalmente naturales: ni los frutos, ni las plantas, ni los terrenos, han recibido tratamientos contra las malas hierbas, fitosanitarios o de conservación. El cultivo se lleva a cabo de forma tradicional.

Nuestra apuesta es por variedades de calabazas que no encontrarán con facilidad en los canales tradicionales. Entre las de consumo humano, nuestras principales referencias, desde que arrancamos el proyecto, son las calabazas de Halloween y de cabello de ángel, así como las vizcaínas, pero a esa lista hemos ido añadiendo otras como Cenicienta, Delica, Turbante turco, Moscada de Provenza, Cuello curvo, Espagueti, Blanca, Bonetera, Totanera, Gigantes, Amish Pie o de Buen Gusto. Algunas son muy difíciles de conseguir en España. A ellas se suman varias decenas más de tipos de ornamentales y para otros usos, como Luffa o del Peregrino.

Equipo

El chico para todo de La Casa de la Calabaza es José Carlos Ruiz, un periodista que, tras haber ejercido esa profesión durante más de dos décadas en Madrid, volvió a su pueblo natal en el noroeste de Burgos, donde se puso al frente de una explotación agraria propia y aprovechó su experiencia en el mundo online para poner en marcha el proyecto.

Él realiza la labor de cultivo, gestiona la web de la iniciativa y también se encarga, con ayuda de la familia, de preparar todos los pedidos y atender las peticiones de los clientes.